EFECTOS DEL PROCESO DE DESAHUCIO EN LA SALUD FÍSICA Y MENTAL DE LAS PERSONAS AFECTADAS
Departamento de Personalidad, Evaluación y
Tratamiento Psicológico Universidad de Granada
Introducción
Recientes investigaciones llevadas a cabo ponen de manifiesto el efecto negativo y perjudicial que la recesión económica y la precariedad y pérdida de trabajo tienen en la salud, tanto física como mental, de las personas afectadas (Gili et al., 2013; Valiño et al., 2013).
El proceso de desahucio es una consecuencia más de la situación de crisis. Entendemos por proceso de desahucio, no una situación puntual y limitada en el tiempo, sino que se trata de un proceso largo, que en muchos casos puede durar años. El proceso de desahucio se extiende desde el momento que comienzan las dificultades para hacer frente al pago de la hipoteca hasta la situación extrema en la que la familia es desalojada de su vivienda (Robles-Ortega y cols. 2014).
Se trata de un fenómeno relativamente reciente y desconocido en otras latitudes, y hemos podido constatar que apenas si existen estudios específicos sobre su efecto en la salud de las personas que viven este proceso. Es por ello que investigadores del grupo de investigación Psicofisiología Clínica y Salud de la Universidad de Granada y profesionales de la Escuela Andaluza de Salud Pública, se han unido para llevar a cabo un estudio científico con el objeto de conocer el impacto del proceso de desahucios en la salud de las personas afectadas. Partimos de la hipótesis de que vivir esta situación estresante, largamente mantenida en el tiempo, puede tener unos efectos muy negativos en la salud tanto física como mental.
Metodología
Para ello, a lo largo del año 2013 y 2014 se seleccionaron personas adultas en proceso de desahucio, asistentes a las asambleas semanales organizadas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca PAH, Stop Desahucios, en Granada y su área metropolitana. En total se estudiaron 205 personas, 83 hombres y 122 mujeres.
Para el estudio se diseñó un cuestionario, que administró entrevistadores especialmente entrenados. En este cuestionario se incluyeron escalas utilizadas habitualmente en estudios poblacionales de salud, así como instrumentos extensamente utilizados para evaluar variables psicológicas con adecuados índices psicométricos de fiabilidad y validez.
Resultados
Los resultados sobre salud física, obtenidos entre las personas afectadas por el proceso de desahucios se compararon con una muestra de 6507 personas adultas de la población general andaluza (recogidos en la Encuesta Andaluza de Salud, 2011).
En la muestra estudiada, el proceso de desahucio se inició debido a la pérdida de empleo (56%), disminución importante de ingresos (16%), y por cambios familiares (divorcios, muertes familiares, etc.) (12%).
En cuanto a los resultados en salud, un 67% de las personas en proceso de desahucio tienen una salud deficiente, frente a un 33% de la población andaluza. Además de más hipertensión, o más trastornos cardiovasculares, presentan mayores niveles de insomnio (un 45% entre los desahucios, y un 9% entre la población andaluza). En el grupo de desahucio un 48% consumen tranquilizantes, antidepresivos y otros psicofármacos, frente a solo un 11% de la población general andaluza.
En cuanto a los hábitos de salud, realizan menos actividad física (mayor prevalencia de sedentarismo), y consumen menos frutas y verduras en relación a las cantidades recomendadas.
En relación a la salud mental, entre otras variables, nos hemos centrado en los niveles de ansiedad, depresión, estrés percibido, síntomas de estrés postraumático y riesgo de suicidio. Hemos constatado que los niveles de ansiedad y depresión son gravemente severos; el 92% de la muestra presenta niveles severos de depresión y el 88%, de ansiedad. Observamos diferencias sexuales significativas: Las mujeres presentan niveles de ansiedad y de depresión más altos que los hombres. Llama la atención el sólo el 5% de los entrevistados presentan niveles moderados o bajos de ansiedad y depresión.
Sobre los niveles de estrés percibido, la muestra presenta niveles muy altos. Se trata de una población altamente estresada. Este datos es doblemente significativo no solo por el sufrimiento y la interferencia en su vida, sino porque el estrés es un conocido factor de riesgo de otros trastornos físico (ej. los trastornos cardíacos) y se sabe que empeora los síntomas de trastornos físicos que puedan sufrir estas personas.
El dato que más nos ha llamado la atención, tiene que ver la sintomatología de estrés postraumático. En esta muestra encontramos niveles muy altos de sintomatología de estrés postraumático (concretamente, dos tercios de la muestra encuestada). No solo si comparamos sus puntuaciones con la población normal, sino que también en comparación con una muestra de personas diagnosticadas de estrés postraumático. Nuevamente observamos diferencias sexuales: Las mujeres presenta niveles más altos de sintomatología de estrés postraumático.
Entre las personas que se encuentran en un proceso de desahucio se observa un riesgo de suicidio mucho mayor al que tiene la población andaluza y la detectada en otros estudios poblacionales españoles. El 44% de la muestra evaluada, no presenta riesgo de suicidio. Sin embargo, el 16,6% presenta un riesgo alto de suicidio y el 16,6% presenta un riesgo moderado. Es decir, un tercio (33,2%) (uno de cada tres personas) presenta riesgo de suicidio de moderado a alto. Este riesgo es especialmente importante para mujeres, en las edades mayores, y en las fases más avanzadas del proceso.
Conclusiones
Las personas que estás viviendo el proceso de desahucio presentan una salud física deficiente, hábitos poco saludables y un consumo de psicofármacos excesivamente alto.
Además, la salud mental, también está afectada. Presentan niveles muy altos de ansiedad, depresión, estrés percibido, estrés postraumático y riesgo de suicidio. Llama la atención, por otra parte, el porcentaje de personas afectadas. Se trata de un porcentaje muy alto. Alarmante. Hombres y mujeres están afectados, aunque las mujeres, en mayor medida.
Nuestra valoración, como profesionales de la salud, es que estamos ante una población altamente vulnerable, con niveles psicopatológicos alarmantes. Los niveles de sufrimiento por los que está pasando la población afectada son inaceptables. Nos encontramos ante una emergencia de consecuencias imprevisibles en la salud física y psicológica de miles de personas.
Por otra parte, nos preocupa el hecho de que estos datos podría no reflejar toda la realidad (se trataría de la punta del iceberg), dado que las personas que han participado en este estudio es un grupo de personas que está recibiendo ayuda (de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca PAH Stop Desahucios). Estamos, con toda seguridad, ante una emergencia de consecuencias imprevisibles en la salud física y psicológica de miles de personas. Es por tanto, una prioridad para los Servicios Públicos de Salud (incluyendo, médicos y especialistas, psicólogos, psiquiatras,..).
Recomendamos, por tanto, que: La población en riesgo de perder su vivienda, sea una prioridad para los servicios públicos de salud (incluyendo, médicos y especialistas, psicólogos, psiquiatras,..). Se pongan en marcha, además, programas de apoyo psicológico.
Y sobre todo, no podemos perder vista que la solución a este problema de salud pública, es que paren los desahucios, es decir, que Stop Desahucios, se haga realidad.