Metáforas conceptuales en Psicología
Francisco José Tornay Mejías
Universidad de Granada
¿Cómo explicarías la forma en que
ves tu relación de pareja? ¿Cómo afrontas las dificultades que surgen en ella? Piénsalo
un momento.
Es probable que al explicarlo hayas
utilizado algún tipo de comparación. Comparaciones comunes son las de la
relación como camino o viaje (se subraya la noción de progreso, de avance, las
dificultades son obstáculos en el camino que hay que salvar ..), como inversión
o cultivo (se ofrece sacrificio, tiempo, esfuerzo para que la relación fructifique)
y otras (ver p.e., Quinn, 1987).
Para explicar muchos conceptos
debemos requerir a ese tipo de comparaciones, que con frecuencia se denominan metáforas. Por ejemplo, las ideas de
tiempo, moral, mente, causa y matrimonio están basadas en metáforas (p. e.,
Lakoff y Johnson, 1988). Es decir, a la hora de crear conceptos abstractos y de
razonar sobre ellos utilizamos algún tipo de comparación entre esos conceptos y
otras ideas diferentes. Tal y como señalan Lakoff y Johnson (1988), no se trata de metáforas
puramente lingüísticas sino de metáforas conceptuales.
Una metáfora conceptual se define como una correspondencia entre conceptos de
un dominio de cierto tipo (el dominio fuente) sobre un dominio de un tipo
diferente (el dominio objetivo)” (Fernández-Duque y Johnson, 1999, p. 84). Por
ejemplo, una metáfora habitual, tanto en la ciencia como en el razonamiento
cotidiano, consiste en comparar la mente con una máquina. Fernández-Duque y
Johnson (1999, p. 85) dan los siguientes ejemplos de la correspondencia que
subyace a esa metáfora:
Un ejemplo de otro tipo de metáforas
sobre la mente no relacionadas con máquinas son las cinco metáforas básicas de
la emoción recogidas por Averill (1990, p. 113): a) la emoción como sensación
interna; b) la emoción como respuesta fisiológica, sobre todo procedente de las
vísceras; c) la emoción como la parte animal del ser humano; d) la emoción como
enfermedad mental; e) la emoción como fuerza o energía vital. Cada una de esas
metáforas ha llevado a un desarrollo teórico distinto dentro de la psicología.
Aunque son conceptuales, todas
estas metáforas se expresan mediante el lenguaje: “me vuelve loco”, “me sale
del corazón”, “sigamos cada uno por su camino”, “te falta un tornillo”, “no
estamos yendo a ninguna parte” son todos ejemplos de expresiones basadas en
algunas de las metáforas mencionadas anteriormente. De hecho, Wickman et al
(1999) han propuesto analizar las metáforas conceptuales en tres aspectos: el
título o mnemónico (p.e., mente como
máquina), las correspondencias entre dominios (como se ejemplifica en el
cuadro anterior) y los elementos lingüísticos relacionados con la metáfora.
La investigación sistemática sobre
metáforas conceptuales (como diferentes de las metáforas literarias) surgió en
la lingüística. Lakoff y Jonson (1988) es la referncia clásica. Después influyó
en toda la Ciencia Cognitiva (la
unión de disciplinas dedicadas al conocimiento, que incluye lingüística,
psicología, antropología, inteligencia artificial, …) y actualmente se intenta
aplicar al campo de la psicología aplicada, de la terapia y del asesoramiento
psicológico o counseling.
Por ejemplo, en una serie de
investigaciones, Wickman y colaboradores (p.e., Wickman et al. 1999; Wickman y
Campbell, 2003a, 2003b) han anlizado la forma en que varios terapeutas utilizan
la metáfora para comprender y ayudar a extraer consecuencias a sus clientes.
Uno de sus análisis se refiere al documental Three approaches to psychotherapy que suele utilizarse para enseñar
habilidades de asesoramiento. En él Carl Rogers (humanista), Frederic Perls
(gestáltico) y Albert Ellis (cognitivista) ayudan a una mujer separada, a la
que se refieren como “Gloria”, a superar sus problemas personales,
especialmente a comunicarse con su hija.
Gloria se sintió especialmente
comprendida por Rogers y consideró que la media hora que pasó hablando con él
supuso un vuelco en su vida. El documental suele presentarse a los estudiantes
de psicoterapia para que lo utilicen como modelo. Sin embargo, no es fácil
saber qué hace Rogers en cada momento, porque nunca se dan reglas explícitas.
Wickman y colaboradores han analizado la conversación para extraer algunas de
las técnicas de Rogers. Entre otras técnicas han descubierto el uso de meta-enunciados, es decir, referirse al
propio proceso de conversación, cómo va, qué puede hacerse, lo cual comunica
sinceridad y el expresar el propio pensamiento interno del cliente como forma
de establecer empatía (Wickman y Campbell, 2003a).
También el uso de metáforas parece
desempeñar un papel importante. Wickman y Campbell (2003b) han identificado
varias metáforas que Gloria utiliza en la entrevista y Rogers toma y amplía, lo
que permite hablar en los términos del cliente, demostrar interés y ayudar al
cliente a alcanzar sus propias soluciones.
Por ejemplo Gloria utiliza con
frecuencia una metáfora muy corriente: la del propio yo como un contenedor. Su
petición de sacarse sentimientos negativos ( por ejemplo “deshacerse de su
sentimiento de culpa”) para sentirse más comoda, su deseo de sentirse “llena”,
“profunda”, “completa”, etc. son referentes verbales de esta metáfora.
Otra de las metáforas de Gloria es
la de “conocerse a sí misma es verse a través de los ojos de los demás”. Se
sentía obligada a “pintar una imagen perfecta” y se avergonzaba de “su lado
oscuro”. Un ejemplo:
Gloria: Quiero que me vean tan dulce como lo
ven a él.
Rogers: Tú sientes algo como “quiero que
tengan una imagen de mí tan agradable como la que tienen de su papá, y si es un
poco falsa, entonces quizás la mía
también tenga que serlo. (transcrito por Wickman y Campbell, 2003b, p. 20).
Aquí se ve cómo Rogers ayuda a
construir el discurso de Gloria, ampliándolo y ayudando a sacar conclusiones.
La metáfora, por tanto, puede actuar
como una forma de comprender sentimientos y razones y de extraer conclusiones
de forma similar a lo que pretenden los análisis lógicos similares al modelo de
Toulmin (p.e., Toulmin, ).
La metáfora también puede
utilizarse de otras formas en psicoterapia. De hecho, su uso es más antiguo que
la investigación sobre metáforas conceptuales. Por ejemplo, el conocido
hipnoterapeuta Milton Erickson las utilizaba para construir historias con las
que inducir hipnosis (p.e., Erickson y Rossi, 1979).
Otro hipnoterapeuta, Dylan Morgan
(s.f.) utiliza unas metáforas muy interesantes para la terapia de pareja. Según
él, cada persona tiene su forma peculiar de defenderse de los ataques. Cada
forma puede equipararse a un animal. Hay quienes se “encierran en su concha” como
las tortugas, hay quienes lanzan indirectas y ataques hirientes, como picoteos
de gallina, hay quien intenta huir, como los conejos, etc.
Puede ocurrir que una pareja se
lleve perfectamente en el día a día pero que, al ser por ejemplo uno de ellos
una “tortuga” y el otro una “gallina”, se sientan incomprendidos cuando se
produce una pelea. Es posible, incluso, que esa fuente de tensiones produzca
Graves problemas en la pareja. El
mero hecho de ser consciente el problema y tener un lenguaje fácilmente comprensible
con el que referirse a él y puede ser muy útil para mitigar ese tipo de
problemas.
Cuestiones para reflexionar:
1. ¿Qué metáforas utilizas comúnmente, para referirte o pensar sobre ti, tus relaciones, el mundo?
1. ¿Qué metáforas utilizas comúnmente, para referirte o pensar sobre ti, tus relaciones, el mundo?
2. ¿Conocer, utilizar, ampliar esas
metáforas sería útil para conocerte y conectar contigo?